Aryavacin y Manjugita: “…and I fell in love with the Order”
- Manjuguita leyendo, ‘El espejo mas preciado’, y comentando las metáforas en las que se deleita
- Nuestras ordenaciones – su impacto en la Sangha mexicana y para los venezolanos
- Nuestros nombres como miembros de la Orden
- El encuentro de Aryavachin con Amoghasiddhi durante su curso de Ordenación
- Reflexionando sobre los próximos 50 años de Triratna
Track titles in English:
- Manjugita reading one of her poems ‘The Mirror’ (El Espejo) – the metaphors she delights in
- Our ordinations – the impact on Sangha in Mexico and on Venezuelans
- Our Order names – the meaning given at ordination, how we responded at the time, how we connect with their meaning now
- Aryavacin’s encounter with Amoghasiddhi during his Ordination course
- Reflecting on the next 50 years of Triratna
Nací en 1978 en la ciudad de Mérida, en el corazón de los Andes venezolanos, tramo final de esa cadena montañosa que viaja por América del Sur de cara al Oceano Pacífico y va a morir al mar Caribe. La terraza de mi ciudad tiene una altura de 1600 snm y en sólo 50 min se pueden alcanzar las cumbres de las murallas azul verdosas coronadas de nieve que forman el valle del río Chama, ayudados en la escalada por el sistema teleférico Mukumbarí, el cual termina en Pico Espejo a más de 4700 metros de altura.
En 1988 estudiaba el quinto grado de la escuela primaria. Soy el mayor de dos hermanos y a mamá le tocó criarnos sola. Nuestra familia viene del campo y mi niñez estuvo llena de cuentos sobre brujas, fantasmas y seres míticos que vagaban de noche y vivían en bosques, ríos y montañas. Mi dedicada madre nos llevaba a ver curanderos y sacerdotisas que podían interceder invocando la fuerza de dioses, diosas y espíritus, en intentos muchas veces desesperados por aliviar el asma que nos aquejaba a mi hermano y a mí, y que los médicos alopáticos no podían curar.
En 1998 estaba cursando estudios de informática en un instituto universitario de Mérida. Ya para ese entonces había dejado de ser católico y estaba en una búsqueda que me permitió conocer diferentes grupos (gnósticos, iglesias evangélicas, clases de yoga) así como también me despertó el interés por aprender cómo usar el poder total del cerebro, lo que finalmente me llevó el siguiente año al Centro Budista de Mérida. Allí conocí a ex-Manjunatha, quien con los años se convirtió en un buen amigo y que por ese entonces dirigía la tradicional clase de meditación de los miércoles al mediodía, mi punto de encuentro con el Buda-Darma.
En 2008 vivía en Cambridge, trabajando en el equipo ADK de Windhorse:Evolution. El año anterior fue mi primera vez volando más allá de la zona del Caribe, experimentando así muchas novedades: los dramáticos cambios de las cuatro estaciones que caracterizan a un país septentrional como Inglaterra; sumergirme en su idioma y cultura, realmente desconocidos para mí; trabajar en una bodega abandonando ambiciones de tipo profesional y convertirme en padre a larga distancia, ¡todo al mismo tiempo! Mi hijo, Leandro Carsey, nació en Junio de 2008 y debido a mi situación legal en el Reino Unido, la visa para estar presente durante el parto me fue negada en la Embajada de Estados Unidos en Londres. Conocí a Leandro por primera vez en Venezuela, en Diciembre de 2008, cuando era un bebé de apenas 6 meses.
En 2018 vivo en Nottingham y trabajo para el Centro Budista de ésta ciudad como Convocador de Mitras para los hombres. Mi hijo Leandro ha cumplido 10 años y ya deja de ser un niño: empieza a asomarse el adolescente y a través de él, puedo ver rasgos del hombre que probablemente llegará a ser. Nos mantenemos en contacto regular a través de vídeo llamadas y tantas visitas y encuentros como nos es posible. También estoy muy involucrado con la Sanga venezolana, específicamente como tesorero del Centro Budista de Mérida. Estoy igualmente explorando activamente el legado de William Blake a través de la exposición que hace Bhante Sangharakshita del Buda-Darma.
***
Aryavacin’s Annals (English)
In 1978 I was born in Merida, at the heart of the Venezuelan Andes, the last stretch of that continental mountain range which tours South America, facing the Pacific Ocean, and dies in the Caribbean sea. The city’s terrace is at 1,600 meters above the sea level and in just 50 minutes, using the Mukumbari cable-car system, it’s possible to climb one of the huge green-blue walls of the snow-crowned valley: a peak more than 4,700 meters of altitude.
In 1988 I was at fifth grade of primary school, being the older son to a single mother of two. Our family comes from the countryside and my childhood was full of stories about witches, ghosts and mythical beings who wandered overnight and inhabited woods, rivers and mountains. My caring mother sometimes took my brother and me to traditional healers and priestesses who channel the forces of gods, goddesses and spirits, in a desperate attempt to relief the asthma that doctors couldn’t cure.
In 1998 I was at Uni in Merida, studying Computer Science and had already stopped practising Catholicism. I was searching with different religious groups among them Gnostics, other Christian churches, yoga classes and learning about the underused capacities of the brain which eventually led to my first meditation class at the Merida Buddhist Centre the following year, on the traditional meditation class of Wednesdays lunch time, which my good friend ex-Manjunatha used to lead.
In 2008 I was living in Cambridge and working at the ADK team of Windhorse:Evolution. It was my first time outside the Caribbean area, experiencing anew the dramatic transition between seasons in a four seasons country, a new language and culture, a totally new working experience and becoming a long distance father, all at once! My son, Leandro Carsey, was born on June 2008, and because of my legal status in the UK, I was denied a visa to be present during his birth. I met Leandro for first time in Venezuela, on December 2008, as a 6 months old baby.
In 2018 I’m living in Nottingham and working for the Nottingham Buddhist Centre as the men’s Mitra Convenor. I keep in regular contact with my son Leandro through video calls and as many visits as we can accommodate. I’m also very actively involve in the development of the Venezuelan Sangha, as the Merida Buddhist Centre’s treasurer. I’m actively engaged in exploring William Blake’s legacy through Bhante’s exposition of the Dharma.
En 1978 No había nacido aún
En 1988 tenía seis años, estaba estudiando mi primer año en la escuela primaria. En los días festivos, solía ir con mi mamá al campo para pasar tiempo con su maestro espiritual. Aprendí las bases de la atención consciente y la importancia de ser honesta y sincera conmigo misma y los demás. En ese entonces mi mamá también me estaba enseñando la importancia de la vida espiritual y de no vivir apegada al mundo material. Disfrutaba mucho el contacto con la naturaleza y los cursos que tomaba de dibujo y escultura me permitieron conocer y expresar un mundo interior.
En 1998 estaba en la escuela secundaria disfrutando de mis clases de literatura y fotografía, también estaba coqueteando con los chicos y explorando el alcohol y el tabaco. A través de la familia de mi novio, tuve la primera experiencia en la que me di cuenta de que lo que algunos hombres llaman religión puede ser algo totalmente distorsionado y opuesto a la sabiduría y la compasión. A esa edad, tenía mucha curiosidad por la frase “Conócete a ti mismo y conoceras el Universo¨ ¡Realmente quería conocer el Universo! También escuché por primera vez que los sentidos eran una especie de filtros y quería aprender más sobre ellos. Asistía a reuniones con mi madre y sus amigos donde solían leer libros de Gurdjieff y Ouspensky. Desafortunadamente, el maestro de mi mamá había muerto algunos años atrás.
En 2008 estaba terminando mi licenciatura en cine. Ya había notado que mi vida era un patrón doloroso, repetitivo y lo que quería era liberarme de ese condicionamiento. Extrañaba mucho las experiencias que había tenido con el maestro de mi mamá cuando era niña y decidí buscarlas en otro contexto y llevar una vida espiritual significativa. Entonces empecé a buscar amigos que pudieran compartir conmigo el anhelo de la liberación. Mi madre me recomendó que explorara el budismo y algunos meses después, siguiendo mi corazón, me encontré con Triratna. Al estudiar la rueda de la vida, practicar la meditación y leer a Sangharakshita, descubrí que era budista.
En 2018, después de haber hecho algunos viajes a Inglaterra y España, de conocer a la Sangha en diferentes contextos y de haber hecho el Young women´s Dharma life Course en Adhisthana en 2014, comprendí lo que era la Sangha Internacional y me enamoré de la Orden. Mi retiro de Ordenación fue en abril de 2017 en México, ahora estoy muy agradecida por la vida que llevo y por todos los amigos alrededor del mundo que han compartido su ir a refugio conmigo y que han sido parte de mi propio ir a refugio. Por el momento soy parte de un pequeño negocio de sustento ético en la Ciudad de México y ayudo en el Centro Budista con algunos talleres, puyas y meditación. Mi primera Convención de la Orden fue este año en India y me dio la oportunidad de conectarme de manera genuina con la sangha de la India y algunos de los proyectos sociales que llevan a cabo. Lo que más disfruto es escribir poemas y asistir a retiros largos. Mi esperanza para el futuro es explorar cómo es la vida en un Centro de Retiros.
***
Manjugita’s Annals (English):
In 1968 I was not born.
In 1978 I was not born.
In 1988 I was six years old, I was studying my first year in primary school. On holidays, I used to go with my mother to the countryside to spend time with her spiritual teacher. I learnt basic mindfulness and the importance of being honest and truthful to myself and others. My mother was also teaching me about the importance of the spiritual life and not to live attached to the material world. I was enjoying contact with nature very much, and I was delighted taking some drawing and sculpture courses and expressing an inner world through arts.
In 1998 I was in high school enjoying my literature and photography lessons. I was flirting with boys and exploring alcohol and tobacco. Through my boyfriend’s family, I had the first experience in which I realized that what some men call religion can be something totally distorted and opposed to wisdom and compassion. At that age, I was very curious about the phrase ´Know yourself and you will know the Universe´ I really wanted to know the Universe! I also heard for the first time that the senses were a kind of filters and I wanted to learn more about it. I was attending meetings with my mother and her friends where they used to read books by Gurdjieff and Ouspensky. Unfortunately, my mother’s teacher had died many years before.
In 2008 I was finishing my degree in filmmaking. I had noticed some time before that my life was a painful repetitive pattern and that I wanted to break free from such conditioning. I was missing so much the experiences I had with my mother’s teacher when I was a child that I decided to have a full spiritual life. Then I started looking for friends who could share with me the longing for liberation. My mother recommended that I should explore Buddhism and some months later, by following my heart, I came across Triratna. Through studying the wheel of life, practicing meditation and by reading Sangharakshita, I discovered I was a Buddhist.
In 2018, after some trips to England and Spain, meeting the Sangha in different contexts and doing the Young Women´s Dharma life course at Adhisthana in 2014, I got a good sense of what the International Sangha was, and I fell in love with the Order. I got ordained in April 2017 in Mexico, now I’m very happy and grateful for the life I have, and for all the friends around the world who have shared their going for refuge with me and who have been part of my own going for refuge. I run a small right livelihood business in Mexico City and help at The Buddhist Centre with some workshops, pujas and meditation. I had my first Order Convention in India this year and it gave me the opportunity to connect in a genuine way with the Indian sangha and the social projects they run. What I most enjoy is to write poems and attend long retreats. My hope for the future is to explore how life is in a Retreat Centre.
Aryavacin y Manjugita: “…and I fell in love with the Order”
- Manjuguita leyendo, ‘El espejo mas preciado’, y comentando las metáforas en las que se deleita
- Nuestras ordenaciones – su impacto en la Sangha mexicana y para los venezolanos
- Nuestros nombres como miembros de la Orden
- El encuentro de Aryavachin con Amoghasiddhi durante su curso de Ordenación
- Reflexionando sobre los próximos 50 años de Triratna
Track titles in English:
- Manjugita reading one of her poems ‘The Mirror’ (El Espejo) – the metaphors she delights in
- Our ordinations – the impact on Sangha in Mexico and on Venezuelans
- Our Order names – the meaning given at ordination, how we responded at the time, how we connect with their meaning now
- Aryavacin’s encounter with Amoghasiddhi during his Ordination course
- Reflecting on the next 50 years of Triratna
Nací en 1978 en la ciudad de Mérida, en el corazón de los Andes venezolanos, tramo final de esa cadena montañosa que viaja por América del Sur de cara al Oceano Pacífico y va a morir al mar Caribe. La terraza de mi ciudad tiene una altura de 1600 snm y en sólo 50 min se pueden alcanzar las cumbres de las murallas azul verdosas coronadas de nieve que forman el valle del río Chama, ayudados en la escalada por el sistema teleférico Mukumbarí, el cual termina en Pico Espejo a más de 4700 metros de altura.
En 1988 estudiaba el quinto grado de la escuela primaria. Soy el mayor de dos hermanos y a mamá le tocó criarnos sola. Nuestra familia viene del campo y mi niñez estuvo llena de cuentos sobre brujas, fantasmas y seres míticos que vagaban de noche y vivían en bosques, ríos y montañas. Mi dedicada madre nos llevaba a ver curanderos y sacerdotisas que podían interceder invocando la fuerza de dioses, diosas y espíritus, en intentos muchas veces desesperados por aliviar el asma que nos aquejaba a mi hermano y a mí, y que los médicos alopáticos no podían curar.
En 1998 estaba cursando estudios de informática en un instituto universitario de Mérida. Ya para ese entonces había dejado de ser católico y estaba en una búsqueda que me permitió conocer diferentes grupos (gnósticos, iglesias evangélicas, clases de yoga) así como también me despertó el interés por aprender cómo usar el poder total del cerebro, lo que finalmente me llevó el siguiente año al Centro Budista de Mérida. Allí conocí a ex-Manjunatha, quien con los años se convirtió en un buen amigo y que por ese entonces dirigía la tradicional clase de meditación de los miércoles al mediodía, mi punto de encuentro con el Buda-Darma.
En 2008 vivía en Cambridge, trabajando en el equipo ADK de Windhorse:Evolution. El año anterior fue mi primera vez volando más allá de la zona del Caribe, experimentando así muchas novedades: los dramáticos cambios de las cuatro estaciones que caracterizan a un país septentrional como Inglaterra; sumergirme en su idioma y cultura, realmente desconocidos para mí; trabajar en una bodega abandonando ambiciones de tipo profesional y convertirme en padre a larga distancia, ¡todo al mismo tiempo! Mi hijo, Leandro Carsey, nació en Junio de 2008 y debido a mi situación legal en el Reino Unido, la visa para estar presente durante el parto me fue negada en la Embajada de Estados Unidos en Londres. Conocí a Leandro por primera vez en Venezuela, en Diciembre de 2008, cuando era un bebé de apenas 6 meses.
En 2018 vivo en Nottingham y trabajo para el Centro Budista de ésta ciudad como Convocador de Mitras para los hombres. Mi hijo Leandro ha cumplido 10 años y ya deja de ser un niño: empieza a asomarse el adolescente y a través de él, puedo ver rasgos del hombre que probablemente llegará a ser. Nos mantenemos en contacto regular a través de vídeo llamadas y tantas visitas y encuentros como nos es posible. También estoy muy involucrado con la Sanga venezolana, específicamente como tesorero del Centro Budista de Mérida. Estoy igualmente explorando activamente el legado de William Blake a través de la exposición que hace Bhante Sangharakshita del Buda-Darma.
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Aryavacin’s Annals (English)
In 1978 I was born in Merida, at the heart of the Venezuelan Andes, the last stretch of that continental mountain range which tours South America, facing the Pacific Ocean, and dies in the Caribbean sea. The city’s terrace is at 1,600 meters above the sea level and in just 50 minutes, using the Mukumbari cable-car system, it’s possible to climb one of the huge green-blue walls of the snow-crowned valley: a peak more than 4,700 meters of altitude.
In 1988 I was at fifth grade of primary school, being the older son to a single mother of two. Our family comes from the countryside and my childhood was full of stories about witches, ghosts and mythical beings who wandered overnight and inhabited woods, rivers and mountains. My caring mother sometimes took my brother and me to traditional healers and priestesses who channel the forces of gods, goddesses and spirits, in a desperate attempt to relief the asthma that doctors couldn’t cure.
In 1998 I was at Uni in Merida, studying Computer Science and had already stopped practising Catholicism. I was searching with different religious groups among them Gnostics, other Christian churches, yoga classes and learning about the underused capacities of the brain which eventually led to my first meditation class at the Merida Buddhist Centre the following year, on the traditional meditation class of Wednesdays lunch time, which my good friend ex-Manjunatha used to lead.
In 2008 I was living in Cambridge and working at the ADK team of Windhorse:Evolution. It was my first time outside the Caribbean area, experiencing anew the dramatic transition between seasons in a four seasons country, a new language and culture, a totally new working experience and becoming a long distance father, all at once! My son, Leandro Carsey, was born on June 2008, and because of my legal status in the UK, I was denied a visa to be present during his birth. I met Leandro for first time in Venezuela, on December 2008, as a 6 months old baby.
In 2018 I’m living in Nottingham and working for the Nottingham Buddhist Centre as the men’s Mitra Convenor. I keep in regular contact with my son Leandro through video calls and as many visits as we can accommodate. I’m also very actively involve in the development of the Venezuelan Sangha, as the Merida Buddhist Centre’s treasurer. I’m actively engaged in exploring William Blake’s legacy through Bhante’s exposition of the Dharma.
En 1978 No había nacido aún
En 1988 tenía seis años, estaba estudiando mi primer año en la escuela primaria. En los días festivos, solía ir con mi mamá al campo para pasar tiempo con su maestro espiritual. Aprendí las bases de la atención consciente y la importancia de ser honesta y sincera conmigo misma y los demás. En ese entonces mi mamá también me estaba enseñando la importancia de la vida espiritual y de no vivir apegada al mundo material. Disfrutaba mucho el contacto con la naturaleza y los cursos que tomaba de dibujo y escultura me permitieron conocer y expresar un mundo interior.
En 1998 estaba en la escuela secundaria disfrutando de mis clases de literatura y fotografía, también estaba coqueteando con los chicos y explorando el alcohol y el tabaco. A través de la familia de mi novio, tuve la primera experiencia en la que me di cuenta de que lo que algunos hombres llaman religión puede ser algo totalmente distorsionado y opuesto a la sabiduría y la compasión. A esa edad, tenía mucha curiosidad por la frase “Conócete a ti mismo y conoceras el Universo¨ ¡Realmente quería conocer el Universo! También escuché por primera vez que los sentidos eran una especie de filtros y quería aprender más sobre ellos. Asistía a reuniones con mi madre y sus amigos donde solían leer libros de Gurdjieff y Ouspensky. Desafortunadamente, el maestro de mi mamá había muerto algunos años atrás.
En 2008 estaba terminando mi licenciatura en cine. Ya había notado que mi vida era un patrón doloroso, repetitivo y lo que quería era liberarme de ese condicionamiento. Extrañaba mucho las experiencias que había tenido con el maestro de mi mamá cuando era niña y decidí buscarlas en otro contexto y llevar una vida espiritual significativa. Entonces empecé a buscar amigos que pudieran compartir conmigo el anhelo de la liberación. Mi madre me recomendó que explorara el budismo y algunos meses después, siguiendo mi corazón, me encontré con Triratna. Al estudiar la rueda de la vida, practicar la meditación y leer a Sangharakshita, descubrí que era budista.
En 2018, después de haber hecho algunos viajes a Inglaterra y España, de conocer a la Sangha en diferentes contextos y de haber hecho el Young women´s Dharma life Course en Adhisthana en 2014, comprendí lo que era la Sangha Internacional y me enamoré de la Orden. Mi retiro de Ordenación fue en abril de 2017 en México, ahora estoy muy agradecida por la vida que llevo y por todos los amigos alrededor del mundo que han compartido su ir a refugio conmigo y que han sido parte de mi propio ir a refugio. Por el momento soy parte de un pequeño negocio de sustento ético en la Ciudad de México y ayudo en el Centro Budista con algunos talleres, puyas y meditación. Mi primera Convención de la Orden fue este año en India y me dio la oportunidad de conectarme de manera genuina con la sangha de la India y algunos de los proyectos sociales que llevan a cabo. Lo que más disfruto es escribir poemas y asistir a retiros largos. Mi esperanza para el futuro es explorar cómo es la vida en un Centro de Retiros.
***
Manjugita’s Annals (English):
In 1968 I was not born.
In 1978 I was not born.
In 1988 I was six years old, I was studying my first year in primary school. On holidays, I used to go with my mother to the countryside to spend time with her spiritual teacher. I learnt basic mindfulness and the importance of being honest and truthful to myself and others. My mother was also teaching me about the importance of the spiritual life and not to live attached to the material world. I was enjoying contact with nature very much, and I was delighted taking some drawing and sculpture courses and expressing an inner world through arts.
In 1998 I was in high school enjoying my literature and photography lessons. I was flirting with boys and exploring alcohol and tobacco. Through my boyfriend’s family, I had the first experience in which I realized that what some men call religion can be something totally distorted and opposed to wisdom and compassion. At that age, I was very curious about the phrase ´Know yourself and you will know the Universe´ I really wanted to know the Universe! I also heard for the first time that the senses were a kind of filters and I wanted to learn more about it. I was attending meetings with my mother and her friends where they used to read books by Gurdjieff and Ouspensky. Unfortunately, my mother’s teacher had died many years before.
In 2008 I was finishing my degree in filmmaking. I had noticed some time before that my life was a painful repetitive pattern and that I wanted to break free from such conditioning. I was missing so much the experiences I had with my mother’s teacher when I was a child that I decided to have a full spiritual life. Then I started looking for friends who could share with me the longing for liberation. My mother recommended that I should explore Buddhism and some months later, by following my heart, I came across Triratna. Through studying the wheel of life, practicing meditation and by reading Sangharakshita, I discovered I was a Buddhist.
In 2018, after some trips to England and Spain, meeting the Sangha in different contexts and doing the Young Women´s Dharma life course at Adhisthana in 2014, I got a good sense of what the International Sangha was, and I fell in love with the Order. I got ordained in April 2017 in Mexico, now I’m very happy and grateful for the life I have, and for all the friends around the world who have shared their going for refuge with me and who have been part of my own going for refuge. I run a small right livelihood business in Mexico City and help at The Buddhist Centre with some workshops, pujas and meditation. I had my first Order Convention in India this year and it gave me the opportunity to connect in a genuine way with the Indian sangha and the social projects they run. What I most enjoy is to write poems and attend long retreats. My hope for the future is to explore how life is in a Retreat Centre.